martes, 1 de julio de 2008

Nicaragua y la radio difusión  

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—Francisco Gutiérrez Barreto*—
Managua

Existen datos concretos sobre operadores de radio aficionados en nuestra América Ibérica desde fines de la década de 1910. Hay informaciones precisas, alrededor de 1920, de recepciones aisladas captando emisiones originadas en Estados Unidos y algunos países europeos como Escocia.
Así lo registran el investigador cubano Oscar Luis López en su libro La Radio en Cuba y los mexicanos Pablo Dueñas y Jesús Flores y Escalante en su trabajo titulado Quimera Convertida en Realidad, publicado en septiembre del año 2000 por la bien documentada revista Somos.

En verdad, la historia de esta etapa experimental es compleja y en afán de precisión tomaremos la historia oficial, a como debe ser, de base a este trabajo, pero asentemos, la radiofonía sin alambres o hilos tiene dos facetas, aquella comercial y la de medio comunicativo. No podemos por tanto discriminar una en función de la otra. Es la ciudad de México la primera en enviar ondas hertzianas empleando bocinas telefónicas para modular la voz y un transmisor De Forrest de 20 watts efectivos en antena, que en aquella ciudad plana, sin contaminación o smog y desde los altos del cine teatro Ideal, cubrió la incipiente y luego inmensa capital.

El sistema empleado fue desarrollado por el inventor estadounidense Lee De Forrest y similar, con innovaciones, al creado por el padre de la radio Guillermo Marconi. Sucedió en 1921, el 27 de septiembre.

El Distrito Federal quedó atónito al escuchar en los pocos radio receptores, previamente comercializados, la voz del tenor José Mojica interpretando del italiano Pablo Tosti la Canción «Vorrei» y a la niña María de los ¦ngeles Gómez Camacho entonando el «Tango negro» del coronel mexicano Belisario Jesús García. Pero ahora viene la sorpresa. Tan sólo seis meses después, 11 de marzo de 1922, entra en servicio en Managua, Nicaragua, la Tropical Radio Telegraph Company con nueva tecnología de comunicación internacional por radiotelefonía y radiotelegrafía sin hilos, sustituyendo a la telegrafía alámbrica.

Luego, siete meses después, 10 de octubre de 1922, sale al aire desde la isla de Cuba la PWX cuya dueña local, Cuban Telephone Company, ofreció el Himno Nacional, discurso del presidente Dr. Alfredo Zayas, más la voz soprano de una mulata, luego sensación del espectáculo, llamada Rita Montaner cantando «Rosas y violetas» de José Mauri y «Presentimiento» de Eduardo Sánchez de Fuentes, entre otros artistas.

Dos meses después, 3 de diciembre de 1922, comienza la primera estación de Puerto Rico, hermana de la cubana, pues ambas pertenecían a la International Telephone and Telegraph Corporation de los Estados Unidos. A partir de ese año, 1922, la proliferación fue general en nuestro Continente.

Sin embargo, hasta el martes 14 de febrero de 1928, apareció en la Gaceta nicaragüense decreto amparado por ley del 3 del mismo mes en que José María Siero Gutiérrez, Ministro de Fomento y Obras Públicas, firma contrato con José Antonio Reñazco, creo de Masaya, para la instalación de una o más estaciones radiofónicas con fuerzas bastante para recibir las ondas procedentes de Estados Unidos y Las Antillas, pudiendo establecer dicha estación en Managua u otro sitio conveniente y en otras poblaciones.

También le permiten venta e instalación de radios receptores. El contrato fue por un año renovable y el gobierno se adosaba espacios libres para discursos presidenciales y otros actos. La obligación firmada por ambas partes está en la Gaceta del 22 de marzo de 1928. Para mala suerte del señor Reñazco, le rescinden el compromiso el 21 de diciembre del mismo año por presiones de la Nicaragua Radio Corporación, empresa organizada bajo leyes de Nueva York, que alega exclusividad de las ondas emitidas desde Estados Unidos en momentos confusos y sin leyes precisas tanto en Nicaragua como el resto del mundo. Lo hizo el nuevo ministro, Sr. Orontes Lacayo, y en Gaceta de esa fecha el gobierno oferta indemnizar por los gastos incurridos e importaciones de equipos y accesorios.

Sospecho que la Tropical era la empresa local de la NRC y ante tanto desorden a nivel mundial los países clamaron y presionaron por aclarar y estabilizar con justeza el gran negocio de la radio difusión. Efectivamente, en la primavera de 1929 se efectúa en Ginebra, Suiza, la Primera Conferencia Internacional de Telecomunicaciones con asistencia de todas las naciones y resultados positivos.

Se establecieron leyes comunes de interrelación entre países radio emisores. Se organizaron la distribución de frecuencias y se asignaron, entre otras cosas, la repartición de siglas como medio de identificación. Se dividió la tierra bajo el sistema de Conferencias Regionales y Nicaragua quedó en el grupo de la Primera Conferencia de Norteamérica, buena desde Canadá hasta el Norte del cono Sur y el Caribe. A México se le asignó las siglas de XA a XH, Cuba de CM a CZ, Venezuela YV y Nicaragua, YN. Bajo reglas claras empezaron entonces nuevas concesiones, cediendo bajo ley del 27 de marzo de 1933, nuevo contrato al Sr. Edmundo Tefel Salomon para operar en frecuencias de 5785 y 1230 kilociclos con transmisor de 500 watts, bajo las siglas YNOP y nombre de Estación Bayer. El 6 de julio del mismo año el gobierne extiende contrato al Sr. Ricardo Toledo, originario de Costa Rica y representado por el Sr. Uriel Argüello, para transmitir con plantas menores a 150 watts de potencia. Seis días después nace Radio Rubén Darío, 12 de julio, propiedad de Benjamín J. Guerra y el Ing. Constantino Lacayo Fiallos para radiar bajo las siglas de YNLG.

El primero en ofertar radio receptores por periódicos en desplegados presentados durante todo el mes de diciembre de 1933, fue Pellas. Con logo atractivo, artístico y también actual completa la oferta con el siguiente slogan: «Radio Philco, es el amigo más ameno y complaciente de la familia».

La Gaceta del 4 de abril de 1934 certifica contrato dado a Moisés Le Franc el 26 de febrero de 1934 para funcionar en los 6760 kilociclos de onda corta con siglas YNLF y nombre de Estación Le Franc. Dato curioso, según un ejemplar del diario La Noticia, propiedad del Ing. Bayardo Cuadra Moreno, fechado 31 de diciembre de 1933, Estación Le Franc ofrece concierto en vivo del pianista de diez años William Anduray y el violinista de once, Máximo Blanco, como la parte musical de La Hora del Niño, programa ofertado por iniciativa de don Lino González, director de la Escuela Monseñor Lezcano.

Estación Le Franc fue la primera en programar en vivo y lo hizo antes de operar legalmente. Tiempo después esta emisora pasó a llamarse Radio La Voz de Nicaragua. Justo García Zaldaña, y Tomás Ponce hijo, firman compromisos el mismo 26 de febrero de 1934, publicados en las Gacetas del 6 y 7 de abril, respectivamente. García Zaldaña recibió las siglas YNLGG, permiso para desempeñar en Masaya o Granada con 200 watts y el título de La Voz de los Lagos.

Luego, el 2 de marzo de 1936 recibe contrato Octavio Delgado. En Masaya el 29 de agosto de 1938 surge la Emisora de Oriente y Mediodía, propiedad del colombiano Rafael T. Arjona, con 100 watts en onda corta, siglas YN7AG, teniendo de locutores al poeta y profesor Luis Gutiérrez Sandino y a Raúl Gutiérrez Bravo, hermano y sobrino de mi padre; al periodista César Vivas Rojas y Julio César Duarte perifoneador del slogan: «Y nuestros micrófonos instalados al borde de la laguna de Masaya».

Esta, un tanto meticulosa investigación la hice analizando centenares de Gacetas y otro tanto de diarios en la Hemeroteca Nacional y con objeto de aclararme confusiones por allí publicadas. Para los interesados en el tema, existe en la Biblioteca Universitaria José Coronel Urtecho de la Universidad Centroamericana un gran trabajo, tesis de grado, de un grupo de hoy periodistas y titulado: Historia y Diagnóstico de la Infraestructura de los Medios Masivos de Comunicación en Nicaragua (1930-1992), Tomo III, Radio, junio 1993.

Aunque difiero en varios puntos es definitivamente admirable. Allí encontrarán el resto de la historia aquí no tratada por considerarla más accesible o moderna y por motivos de espacio en EL NUEVO DIARIO. Ahora, recordemos al Tío Popo. ¡Cómo me gustaría escucharlo de nuevo! Y ¡Arriba Nicaragua¡ pionera americana en las ondas de Hertz.

* Autor del libro en venta, ¡Qué le pasa a Lupita! fraguba@cantv.net

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