martes, 1 de julio de 2008

Eduardo López Meza, pilar mayor de una gran estirpe radiofónica  

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Primera voz en noticias y en el tango
Edgard Barberena | ebarberena@elnuevodiario.com.ni


Los estudiosos de las leyes naturales dicen que en la vida no existen coincidencias, sino que cada ser humano desde que nace trae trazado su destino y lo único que hace es ir cumpliendo su cometido.

Esta afirmación parece caerle como anillo a Eduardo López Meza, un hombre de una voz muy original que muchas generaciones la identifican con las noticias radiales.

López Meza encontró la puerta para la radiodifusión en 1956, cuando un amigo le propuso que fuera a buscar una plaza de mecanógrafo a una de las primeras radios que existieron en Nicaragua.

El hombre que podría ser el último de una estirpe de la voz en la radiofusión nació en Managua en el barrio San Antonio, el 24 de diciembre de 1935. Sus padres fueron Pío Renato López Aguilar, originario de Nagarote, y María Magdalena Meza Lira, de Managua.

Sus primeras letras las aprendió en una escuelita privada que quedaba junto a la casa de sus abuelos en Santo Domingo. Su primera maestra fue María Ochomogo, muy conocida en el barrio Santo Domingo. La primaria la cursó entre las escuelas República de Honduras y República de Chile.

Eduardo, un autodidacta que no tuvo la oportunidad de ir a la universidad, aprendió mecanografía, taquigrafía e inglés en la Escuela de Comercio Americana del profesor Paco Martínez.

Su primer trabajo
Su primer trabajo fue donde el Cairo Caldera Pallais, quien tenía sus oficinas en San Antonio de la vieja Managua, donde distribuía productos para la mujer Kotex.

“Estando trabajando para don Cairo, me pagaban 150 córdobas al mes, me encontré una noche a un amigo cuando se dirigía al Cine Trébol y me preguntó que si estaba trabajando. Yo le dije que sí, que tengo un trabajito, pero me dice “fíjate que en La Voz de América Central necesitan un mecanógrafo, yo iba a ir, pero me voy para Matagalpa y no voy a poder ir, por qué no vas vos”.

“Al día siguiente llegué a buscar el trabajo en La Voz de América Central y el que estaba de director era el profesor Julio César Sandoval. Esto fue en el 1956”.

“Cuando me presenté a la radio, el profesor Sandoval me dijo que sí”, y a reglón seguido agregó: “Es para copiar los libretos que utilizan los actores y actrices de radio, por lo que se necesita que sean bien copieados”.

El profesor Sandoval lo puso a hacer la prueba, le sacó un libreto y Eduardo comenzó a copiarlo en una máquina de escribir y al mostrárselo a Sandoval “le gustó y me dijo que me quedara, y me iban a pagar 250 córdobas, por lo que inmediatamente cambié porque me aumentaron 100 córdobas”.
Primer contacto con el micrófono
El primer contacto que Eduardo tuvo con el micrófono fue en esa radio (La Voz de América Central), pero hasta que lo solicitó después de unos meses de laborar que aprovechó para irse a asomar a los controles, donde “miraba al locutor haciendo su trabajo”.

“Le propuse al profesor Sandoval que si me dejaba practicar la locución. Él estuvo de acuerdo, siempre y cuando lo hiciera en horas que se consideraban no de mucha audiencia”.

¿Vendrías en la madrugada?, le preguntó Sandoval a López Meza, el que sin pensarla dos veces aceptó. El locutor de la madrugada de esa radio era José Castillo Osejo, y así comenzó a entrar en surco a partir de 1957.

En La Voz de América Central “estuve unos cinco o seis años, porque estando en esa radioemisora encontré al bachiller Oscar Pérez Valdivia, quien me propuso que incursionara en Radio Mundial”.

“Yo le dije que no, porque me sentía muy novato, pero de todas maneras hice una incursión en la Mundial donde también me propusieron que copiara libretos y lo hice”, dijo.

En esa época, el ya fallecido Róger León Carranza también estaba en la Mundial copiando libretos, donde “dilaté muy poco, porque se sentía muy verde ante aquella gente que era superior, porque estamos hablando de José Dibb McConell, Sidar Cisneros, Rodolfo Tapia Molina, entre otros. Entre las mujeres Cela Lacayo, Sofía Montiel, Carmen Martínez, “por lo que no sentía valor para estar dentro de esta gente y así regresé a La Voz de la América Central”.
Como que llevaba una “ruta de vuelo”
Después Eduardo estuvo en Radio Panamericana y “ya estaba trabajando ahí mi tío, Orlando Meza Lira, quien hacía un noticiero que se llamaba “La Palabra”, y como salía mucho del país, me dejaba recomendado que yo le hiciera el noticiero, y así fui tomando práctica en la lectura de un radioperiódico”.

Después Meza Lira se fue de la radio Panamericana para montar su propia emisora que se llamó Unión Radio y fue en sociedad con Elfat García, Ricardo Arróliga, Raúl Arana y él, y “ahí estuve como diez años”. Después de la Unión Radio pasé nuevamente a la Mundial a trabajar en el cuadro dramático y hacer trabajo de locución, y estando ahí hacían el noticiero “Extra”.

El locutor de Rolando Avendaño y Manuel Espinoza Enríquez en ese noticiero era César Estrada, “pero no sé qué pasó entre ellos, y Estrada dejó de hacer el noticiero, y como ellos ya me habían escuchado en Unión Radio hacer un noticiero, entonces me propusieron que les hiciera la locución de noticias”.

“Yo les dije que sí”, y así comencé a leer en el noticiero “Extra” a partir de 1967 hasta 1972, cuando el terremoto. “Después del terremoto seguí, pero ya no fue en Radio Mundial, sino en la Continental, donde continué con ellos”.
Tiempos duros de la represión somocista
Durante el régimen somocista a partir de 1977, Eduardo seguía trabajando en los noticieros, y cuando se tuvo que pasar al periodismo de Catacumbas, López Meza tuvo una activa participación.

“A mí me tocó trabajar en el periodismo de catacumbas en el grupo que designó el Sindicato de Periodistas de Managua (SRPM) de la época para ir a leer noticias a la iglesia de El Riguero, un barrio bastante caliente, porque la guardia buscaba a los muchachos de ese barrio”.

“Yo me puse a la orden aunque no soy periodista, pero era locutor noticioso y mi voz se escuchaba en los noticieros y me aceptaron. Recuerdo que me puse a la orden ante Manuel Eugarrios, para leer las noticias en la iglesia de El Riguero del padre Uriel Molina.

Pero “por esas cosas de la vida, porque ahí se habló del plan de ir a leer las noticias a las iglesias porque ya no se podía hacer en las radios debido a la represión de la guardia nacional y el coronel Alberto Luna Solórzano”.

Don Eduardo fue el que bautizó el nombre de la acción
“Cuando llegamos a la iglesia El Riguero, eso se puso lleno de gente que llegaba a escuchar las noticias que no se podían decir por radio, y a mí me tocó presentar el programa y entonces se me ocurrió decir que aquello se parecía al tiempo en que se les leía información a los cristianos, pues eran perseguidos en Roma. Se reunían en las catacumbas para poder hablar sobre sus creencias, y ahí surgió el nombre de periodismo de catacumbas”.

El nombre de esa acción histórica del periodismo nicaragüense se escribió en la casa del Sindicato de Periodistas de Managua que en tiempos del somocismo estuvo ubicada frente donde ahora está el Ministerio del Trabajo.

“Ahí nos reuníamos a grabar las noticias que no se podían ir físicamente a las diferentes iglesias, las que después se llevaban en los cassettes a los templos católicos. En la iglesia de El Riguero, don Eduardo leyó como en ocho ocasiones. Mientras él estaba leyendo las noticias, en la iglesia llegaban los Becat (Brigadas Especiales contra Acciones Terroristas) que tuvo el somocismo, los que detuvieron a muchas personas que agarraban en las calles.

Don Eduardo nunca cayó preso durante el somocismo, a pesar que patrullas llegaban donde estaba leyendo noticias en Radio Continental. Esto ocurrió cuando en esa radioemisora se difundía el programa “Cinco en la noticia”.

“En ese noticiero los socios éramos Silvio Mora, Alejandro Acevedo, Noel Delgado de Carazo y ex diputado conservador, Víctor Medina y yo”. Una vez que estaba caliente la cosa y “venían los 12 de Costa Rica, todos ellos se fueron a cubrir la cuestión y me dejaron solo a leer las noticias”.
Se la montó a la guardia nacional
“Como empecé a darle lectura a aspectos de la Biblia que tocaban algo relacionado con situaciones difíciles, le cayó mal a la guardia y llegaron a buscar el material. Yo lo único que les dije fue: ‘si quieren llevarse el material aquí está la Biblia de donde lo leí’, por lo que echaron pies atrás y no se llevaron el material”. Esto ocurrió a finales de 1978.
AL TRIUNFO DE LA REVOLUCIÓN
El 20 de julio de 1979, cuando se celebra en la Plaza de la República el derrocamiento de la dictadura somocista, don Eduardo apareció en ese acto como maestro de ceremonia porque habían nombrado como jefe de radio a Lorenzo Cardenal, quien en paz descansa.

Cardenal localizó a don Eduardo y “me dijo que quería que estuviera ahí en la actividad donde el directorio sandinista de la época integrado por nueve comandantes y la junta de gobierno de reconstrucción nacional fueron presentados por Eduardo.

Durante la época de la revolución sandinista, López Meza estuvo en Radio Sandino poco tiempo porque después vino la idea de montar la Voz de Nicaragua, y entonces “pasamos para allá quedando algunos en la Sandino. En esa época estaba de director de la Sandino, Orlando Castillo.

Dijo que cuando llegó la Voz de Nicaragua (lo que durante el régimen somocista fue la Radiodifusora Nacional) nos decía que el director iba a ser Carlos Guadamuz, “pero éste dilató bastante para llegar, y el que estaba como director era Oscar Mazier.

Incursionó un tiempo en la televisión sandinista, pero como “locutor off”.
Afición al tango
Eduardo tiene otra afición que muy pocos conocen, como es su facilidad para cantar tangos. Esto le viene de herencia familiar, según recuerda Eduardo, quien dijo: “Orlando Meza Lira se destacó como intérprete del tango, fue un aficionado en los programas de radio-teatro que habían en La Voz de la América Central donde cantaba.

En esos programas participaron Carmencita Avilés, quien era la mamá de Norma Elena Gadea; Darío Obando, el Che Campos. También vino a Nicaragua el compositor argentino Joaquín Mora, quien escuchó cantar tangos a Orlando Meza Lira y le propuso una gira artística y llegaron hasta Colombia”.

Ahí Orlando Meza grabó unos tangos que todavía se escuchan y que le dieron mucho renombre, y “por ahí estoy yo, porque canto algunos tangos”.

Dos años después del triunfo de la revolución “me buscaron unos muchachos del Sistema Sandinista de Televisión entre ellos Armando Morales, que tenía el programa “Ciclograma musical”, quienes le hicieron un homenaje a Carlos Gardel, que en junio cumplió 72 años de su muerte.

“Me invitaron a que fuera a cantar y lo hice, y un amigo controlista me grabó las canciones que canté, las que pasé a CD”. Estos temas los pongo de vez en cuando en un programa de tango en Radio 580 que se llama “El Chamuyo del tango”.

Esa canción le ha gustado a muchos y se llama “Gota de lluvia”, donde le acompañaban a Eduardo Otto de la Rocha y Miguel Vélez, quien ya falleció en Costa Rica.
EN LA ACTUALIDAD
Actualmente Eduardo lee en el noticiero “Extra” que transmite Radio 580 de lunes a viernes, a partir de las 5:30 de la mañana.

Este noticiero conserva el nombre original de “Extra” porque el director era Rolando Avendaña Sandino y Manuel Espinoza, pero una hermana de Rolando Avendaño era casada con William Ramírez, los que se pusieron de acuerdo y cedieron el nombre para que Ramírez siguiera utilizándolo.

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